Se acepta que a partir del tercer mes de gestación el ser humano es ya feto, con las características esenciales de vida y formación.
A partir de esta etapa los contactos con la fuente materna, a través del útero, son fundamentales para la continuación del proceso de crecimiento y maduración orgánico. Está presente ya la sensibilidad integumentada, la interior al organismo y la de su propio límite o piel. Por estas dos vías, el feto recibe estímulos que evidentemente graba como experiencias crudamente corporales.
Provisiones precarias de nutrientes y de oxígeno, contracciones bruscas o sostenidas del útero, provocan situaciones de perturbación que algunos califican de sufrimiento para el feto.
Su importancia experimental está determinada tanto por la relación de subordinación e inmediatez fetal, como por la prematurez del organismo en crecimiento. Estas condiciones le dan a la experiencia fetal un sentido decisivo, determinante. El estilo de vida, la estructuración de la personalidad puede estar siendo construida en muchos casos sobre pilares que "fraguarán" y se establecerán como experiencias vitales en la etapa uterina, o en el nacimiento, o en la primera fase de la vida neonatal.
Algunas conductas estructurales de evasión, de liberación o hasta sometimiento, tiene origen en la experiencia fetal de compresión u opresión uteral, durante los estados agudos y/o sostenidos de stress materno. Los hallazgos médicos advierten acerca de los daños en la oxigenación fetal que provocan las secreciones de Ocitocina, al producir contracciones del útero y de la "corteza vascular" que provee la circulación sanguínea hacia el feto.
Si a estas dos realidades frecuentes en la vida de la mujer embarazada, agregamos la posible conexión emocional, anímica, energética con su frágil compañero intrauterino, entonces no hay dudas en la grabación prematura e intrauteral de experiencias que pueden determinar la vida posterior e independiente del ser.
Patrones de respuestas defensivas, hipersensibles o impulsivas en los niños, pueden ser la lógica consecuencia de situaciones de estimulación en la etapa fetal.