Si no te
das cuenta de que estamos viviendo tiempos abiertamente desafiantes, entonces
probablemente no estás prestando atención. En el sentido micro, parece que todo
el mundo que conozco está pasando por algo a nivel personal. En el sentido
macro, estos viajes personales están siendo exacerbados por amenazas de ataques
nucleares, rupturas políticas, crisis financieras, tensiones raciales, tiroteos
masivos, terremotos devastadores, volcanes en erupción, despiadados incendios
forestales, huracanes llamados “tormentas del siglo” y más. Es una señal de los
tiempos… pero yo no me estoy entregando a ese juego, y te invito a que tampoco
lo hagas.
Si crees
que tus pensamientos y sentimientos tienen un efecto sobre tu realidad, en el
momento en que reaccionas a estos eventos externos con emociones de
supervivencia, empiezas a poner más atención en ellos, y si estás poniendo tu
atención en estos eventos (eventos sobre los cuales no tienes control), les
estás entregando tu poder. Cada vez que reaccionas con temor y ansiedad, porque
el miedo y la ansiedad son emociones y las emociones son energía, sólo sirven
para alimentar el siguiente momento de desasosiego. Lo que tenemos que aprender
a hacer en este momento histórico es estar en la quietud: convertirnos en el
ojo del huracán. El ojo de un huracán es un lugar de calma, alrededor del cual
gira la tormenta. Nos convertimos en el ojo cuando salimos del caos y entramos
en el momento presente. Después de todo, ésta es la razón por la que hacemos
todo el entrenamiento que hacemos, porque es en el eterno momento presente
donde se engendra toda la creación. Al regular las emociones internas
independientemente de las condiciones externas, así es como comenzamos a
dominar nuestro entorno.
La
humanidad está en la agonía de un empuja y estira, en donde hay una conciencia
colectiva en constante crecimiento que quiere evolucionar, pero las viejas
formas de ser y los modos de conciencia obsoletos están luchando por aferrarse
a lo conocido. Dependiendo de la lente a través de la cual se vea, estas luchas
pueden ir desde las estructuras de poder del mundo hasta nuestros egos
individuales. Cuanto más reaccionas a tu mundo exterior y mantienes tu atención
en temas cargados emocionalmente, más alimentas los problemas, porque es tu
energía la que los mantiene vivos. Multiplica eso por un millón, o mil
millones, y parece obvio por qué las cosas pueden parecer que están empeorando.
Cuanto más fuerte sea tu reacción emocional ante los eventos externos, más
estás desplazando tu energía en la dirección opuesta a la creación: energía
creativa que podrías interiorizar y usar para crear una vida mejor, sanar tu
cuerpo, o transformarlo en una experiencia de vida nueva, por nombrar sólo unas
pocas posibilidades.
Mientras
que necesitamos ser conscientes y vigilantes de las injusticias en nuestra
sociedad, yo los animaría a desconectarse de las noticias de vez en cuando, y
si todo lo que ven es tragedia y negatividad en sus noticias y medios sociales,
quizás desconectarse de ellas también. Si no quieres desconectarte por
completo, entonces sé una fuerza para añadir luz y amor a esas fuentes
sociales. Mejor aún, en tu vida diaria, realiza un acto de bondad al azar para
un extraño, llama a alguien con quien no has hablado en mucho tiempo, perdona a
alguien o perdónate por algo a que has estado apegado. Por lo menos, sé
cariñoso y amable contigo mismo y con los que te rodean, porque cada uno está
pasando por sus propios desafíos.
Recuerda:
el miedo y la ansiedad son el resultado de la anticipación de eventos que aún
no han sucedido, y como sabemos, somos los creadores de nuestra realidad. Si te
encuentras perdiéndote en pensamientos hacia un futuro desconocido, o
arrepintiéndote del pasado, simplemente regresa al momento presente. ¿Por qué?
Porque cuando cambias tu energía en el momento presente, cambias tu
futuro. Ese es el mejor ejemplo de cambio -cambiar tu elección- en un
mundo que parece que podría estar desmoronándose.
Es humano
reaccionar ante estos acontecimientos globales, así que, si lo haces, no pases
mucho tiempo allí. Simplemente supéralo. No hables de ellos, ni les des
energía, ni les des vida, ni los conviertas otra cosa. No los propagues, porque
cuando empiezas a contar historias sobre los acontecimientos, los alimentas.
Ahora no es
el momento de contraerse. Ahora es un momento para expandirse en el amor;
después de todo, el amor conquista el miedo.
(Joe Dispenza)